En el último post que escribí sobre adolescencia comentaba el tema de la fina línea entre dejar que sigan su evolución, natural y necesaria de independencia, y estar ahí. Esto es algo con lo que siempre tengo conflicto conmigo misma. Me pareció curioso recibir muchos mensajes comentando que os sentíais identificadas con esto.
Y es que, a veces, me cuesta distinguir entre lo que es “normal” de la edad y lo que no. Supongo que aquí entra nuestra propia intuición de madres, pero… a mi me cuesta saber si tengo que aguantar o preocuparme. ¿Sabes de lo que hablo?. Se que es algo provisional, y que debo mirar con ojos positivos porque a veces puedo pecar de traspasar mis propios miedos, frutos de mi inseguridad.
Así que me recuerdo la importancia de ser acogedora. La importancia de mirar con otros ojos, huyendo de las etiquetas clásicas a la adolescencia, mirar además mostrando interés por su mundo y sus cosas. Si, si, no sabéis lo que me cuesta interesarme por la música, o bueno, aceptar la ropa, el corte de pelo y todas estas cosas que no son muy de mi estilo. Pero tan importante no juzgarlas e intentar demostrar interés sobre ellas, que al final, son su vida.
Pero ojo, y aquí viene mi tomate. Ser acogedora, mirar sabiendo por lo que está pasando no significa negar la realidad. No mirar para otro lado, y entender que hay cosas que pueden estar pasando y que ¿son normales?. Tener la valentía de mirar a su mundo, que puede incluir sexo, alcohol, drogas, problemas con amigos, en el instituto… es decir, cosas que nos duelen y que podemos pensar “mejor no saber”… ojos que no ven corazón que no siente.
Sobre todo porque es difícil distinguir lo que es importante de lo que no, lo que es propio de la edad y pasajero de lo que no. Pero está claro que si no sabemos, si nos falta información para poder,aunque sea, analizarlo, poco se podrá hacer. Ni siquiera tener la duda de si es normal o no.
Y escuchar. En esta entrevista que me hicieron hace tiempo para El País (y que es tan tan bonita) hablaba, y era Nico mucho más pequeño, de lo importante para mi de escuchar. Lo cierto es que en esta etapa tengo que hacer más esfuerzos para aplicar la escucha activa, esa en la que no estás esperando para lanzar el sermón o para decir “lo que tiene que hacer”. Escuchar, con la mirada de que su opinión también puede ser válida y que queremos escuchar lo que piensa, opina. La escucha activa es tan tan importante, y tan complicada a veces de hacer. A mi a veces me cuesta, cuando sale la madre controladora.
Y la conclusión es que es bueno mirar de frente a lo que pueda haber, no intentar evitarlo, escudarlo con otras cosas. Y lo difícil, cuando son cosas de la edad bien, pero cuando no lo son, poder estar ahí. Y para eso hay que mirar y saber… si, si, lo escribo con mucha seguridad, pero no tengo tanta cuando se trata de hacer esa distinción con casos reales.
Así que nada, esta carta es un poco, como últimamente me pasa, escribir para intentar poner en orden las ideas. Porque estoy aquí, como estamos todas, intentando aprender a hacerlo de la mejor manera, (cada una tiene su “mejor manera”) y poniendo el prueba-error como método, leyendo para intentar mejorar. Espero de corazón que mis post, a veces sean un poco caos, os ayuden, y siempre siempre abierta a escuchar, en los comentarios, aportaciones.
¡Feliz martes!
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4 Comentarios
Noelia
23/05/2023 at 21:34Ay María!!! Entiendo ese debate al que nos enfrentamos con nuestros adolescentes, porque muchas de las cosas que les suceden en nuestra adolescencia no las había, me refiero a redes sociales y exceso de información. Su mundo va muy rápido y a mí como muchas nos supera pero estoy totalmente de acuerdo contigo no todo es porque son adolescentes.
Me encantan tus post!!! Gracias por volver
ebym
28/05/2023 at 11:07Hola Noelia, no sabes lo que me alegra el comentario. Primero por ver que nos unimos y que vemos que nos pasan cosas similares. Y segundo porque no sabes la cantidad de gente que me dice que para que vuelvo al blog, si total… jajajaj! Pues mira, para mi, estos comentarios son oro. Y me animan a seguir, así que gracias! y un beso enorme
Victoria
31/05/2023 at 08:37Cuando te leo María, me leo a mi misma. Es como leer mis propios pensamientos. Yo estoy saliendo de la adolescencia de mi hija mayor (que la adolescencia dura mucho más de lo que nos habían dicho, eh? 😉 y ahora estoy recuperando con ella un espacio precioso de respeto, comprensión y disfrute que habíamos perdido. Ella ha hecho su viaje, pero yo también porque quería “estar” para ella, verla, entenderla. Al final he aprendido (y esto lo hemos hablado en otras ocasiones) que ha sido ella la que me ha enseñado a mí lo que tenía que hacer y que lugar ocupar en su vida. Le doy las gracias por ello y por tanto. Ahora comienza la adolescencia mi hijo menor y cruzo los dedos. Tenemos que confiar, pero es verdad que los miedos actuales son muchos, algunos clásicos y otros actuales, pero miedos al final y al cabo.
Que suerte que podamos compartirlos por aquí y muchas más cosas. Gracias María por este súper blog!.
ebym
31/05/2023 at 09:02Ay Victoria, que tus comentarios me emocionan. Eres super inspiradora en todo lo que escribes y me encanta que estés aquí y dejes tus reflexiones. Te mando un abrazo enorme