Percentil. Cómo darle a tu ropa una segunda vida

Hace ya un tiempo que mi vida dio un cambio. Este cambio ha llevado a otros tantos pero todo empezó cuando, un verano, estaba haciendo esas pequeñas limpiezas de armario que van con la temporada. Y lo hacía justo a la vez que leía la magia del orden, de Marie Kondo. Y de repente, enfrente de mi, empecé a ver la cantidad de cosas acumuladas que podemos llegar a tener, prendas repetidas, una y otra vez. Creo que me dio en todas las narices el consumismo de impulso que tenía.

A este libro le siguió el de “a bunch of pretty things I did not buy” de Sarah Lazarovic. Y ahí es donde (además de hacer el año sin compras que acabo de terminar), empecé a cambiar  mi filosofía, grabándome a fuego su pirámide que empieza con el “usa lo que tienes”, “segunda mano”, etc.

Segunda mano. Vender de segunda mano. Comprar de segunda mano. Todo es uno.  Y por eso hoy me gustaría hablaros de Percentil. Quizá ya la conozcais, la plataforma de compra-venta de ropa de segunda mano, que personalmente me tiene enamorada y que creo que hace mucho bien. Qué ventajas puedo encontrar en comprar y vender de segunda mano:

-Reduce residuos. Y es que si le das a tu ropa una segunda oportunidad ahorramos de comprar otra nueva, con todo lo que, en la mayoría de los casos genera para el medio ambiente (fabricación, transporte…). Comprando segunda mano significa que le vas a dar uso a una pieza que de otra manera hubiera acabado en un contenedor. Muchas prendas pueden durar años si las tratamos bien, pero cuántas veces no deshacemos de ellas cada uno o dos años porque ya no están de moda o porque ya nos han aburrido.

Producir ropa también requiere el uso de química, durante el teñido, por ejemplo. Esta química acaba en el agua, en el aire, en la tierra. Pero también en la gente que trabaja en las fábricas. Comprando y vendiendo ropa podemos reducir este impacto en el planeta.

-Precio. Puedes comprar ropa a un precio mucho más barato que en las tiendas. Y si la vendes, puedes ganar un poquito de dinero extra, que incluso puedes reinvertir en comprar de nuevo de segunda mano y así el circulo no para.

-Se  hace comunidad. El hecho de crear un sistema de reciclaje y rotación de la ropa hace que miremos más hacia la comunidad, pensando en el bien común, más que en el consumismo puro y duro. Esto es una reflexión que me gusta y que siempre admiré de otros países. Esa capacidad de comprar y vender objetos, sin ningún tipo de pudor, que a veces en España está arraigado. El encanto de los “garage sales” y los “thrift stores” en Estados Unidos, o los mercadillos de “antiguedades” en Francia. Un concepto que mola mucho. Y añado aquí el ejemplo para nuestros hijos, que no todo tenga que ser nuevo. Que no todo es de usar y tirar.

Y todo esto encuentro en Percentil, donde soy usuaria y donde me siento bien pensando que todo puede tener un segundo uso. En el armario que ahora mismo tengo, y que puedes ver aquí, hay prendas mías y de Nico. Sobre todo de Nico porque qué os voy a contar que no sepáis!, los niños crecen y tienen cosas prácticamente nuevas que es una pena que no se vuelvan a poner.

Estoy encantada con esta fórmula y con los cambios que vamos introduciendo. Me gusta la idea de que las prendas y objetos tengan segundas vidas, puedan alargarse la duración de ellas en este mundo donde parece que el usar y tirar está a la orden del día.

¡Gracias Percentil por existir!

*post en colaboración con Percentil