¡Qué alegría volver a estar por aquí!. Es cierto que hacía tiempo que no pasaba y es que este verano ha pasado rápido, hemos estado un mes fuera y estamos aún volviendo. Pero tenía muchas ganas de estar aquí que es como mi segunda casa.
Hoy vengo con una anécdota que quería contaros, una situación en la que nos hemos visto este año y que quizá os pueda servir como ayuda si os veis en las mismas.
Este verano como os contaba en Instagram hemos vuelto a México. Siempre que viajo llevo dinero en efectivo de la moneda local. La pido en esta página porque me gusta ir ya con algo de cash desde aqui, llegar y no tener que preocuparte de buscar un cajero o un lugar de cambio, ya tienes tu dinero para comer, coger el bus, o para lo que necesites. Es muy cómodo y os digo una cosa, la página funcionan fenomenal.
Y además, suelo llevar 2 tarjetas, las que tengo, vamos, la de débito y la de crédito. Pues bien, este año cuando llegué tenía la de débito pero la de crédito no, porque la confundí con una tarjeta regalo de Zara Home. Así que nada, tenía una tarjeta de crédito y una regalo de Zara Home que tiene el mismo color que la de crédito. No pasa nada, teniendo una…
Y ahora os cuento cómo funcionan los cajeros en México. Primero te dan el dinero, y luego te devuelve la tarjeta. En España, primero te devuelve la tarjeta y luego te da el dinero. Algo así de sencillo que cambia todo, porque como somos animales de costumbres, primer cajero que saco dinero, primer cajero que me dejo la tarjeta. Porque cuando sale el dinero, lo guardo y me voy y no espero la tarjeta. Es un acto reflejo. Lo dicho, somos animales de costumbres. Pero no me doy cuenta hasta el día siguiente. Volví al banco (no sin perder un autobús que estábamos a punto de coger pero que perdimos por no tener dinero para pagarlo) pero me dijeron que las tarjetas las destruyen en el mismo momento, no hay opción de recuperarlas.
Así que, en ese momento me encuentro, sin dinero (que ya había agotado el efectivo) y sin tarjetas.
Llevaba las tarjetas en el móvil pero no hay cajeros que las lean y en la mayoría de los datáfonos no se podía utilizar porque no tenían la lectura. Y además, por las zonas por las que nos movimos, lo que funciona es tener efectivo, el 90% de las veces es lo único que puedes utilizar.
Os digo una cosa, todos tenemos nuestras cosas que nos ponen nerviosas y las que no, y a mi esto no me puso nada. No hay problema, es que estaba segura que hay algo que podía hacer. Investigué un poquito por internet y encontré una aplicación que me ayudó muchísismo. No se si hay otras, si vosotras utilizáis otras que os gusten. Hoy me gustaría hablar de la que a nosotros nos solucionó la papeleta. Y os digo, no había oído hablar de estas aplicaciones en mi vida, pero están genial.
Se llama Remitly. Es sencillo, te das de alta y desde tu tarjeta de crédito, que aunque no la tengas fisicamente sigue funcionando de manera online te lo envías a uno de sus lugares autorizados: puede ser un banco, o tienda (depende de la cantidad que quieras sacar). Y a los 20-30 minutos ya puedes recoger tu efectivo.
Como dato, ya que me pongo os cuento todo. En los bancos convencionales te van a pedir tarjeta de residencia y otros papeles que no tenemos, así que el lugar para hacerte el envío es el Banco Azteca, allí solo te piden el pasaporte.
Después de 3 semanas utilizando este método me lo se todo todito todo, así que si tenéis dudas me podéis preguntar. Una aventura pero hoy en día estas cosas tienen solución. Solo hay que tener calma y tenemos el mundo a nuestros pies.
Quería pasar a contarlo porque pensé que quizá alguien se pudiera ver en esta situación y entonces os podréis acordar de mi y de nuestra anécdota.
Y en breve os contaré algo del viaje, maravilloso y con muchas enseñanzas.
Feliz lunes y vuelta al cole.
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