Tras el post de ayer, la primera parte de nuestro viaje a Japón con niños, llegó el momento de ir a Kyoto centro. Volvemos a coger el tren, esta vez hacia el centro de la ciudad. Nos quedamos en el hotel Resol Kawaramachi Sanjo. Resol es una cadena de hoteles que verás por varios sitios en Japón y que nos gustó. Tamaño estándar, habitaciones pequeñas, pero muy céntrico, agradable y con detalles.
Está situado muy cerca de Gion, del mercado Nishiki que tanto nos gustó y donde compramos alguna cosita de comida para traer (té y especias), cerca de las galerias comerciales de Teramachi y Shinkyogoku. En una de estas calles, que son como galerías cubiertas, encontré la tienda más bonita de kimonos que yo vi en Japón. No se el nombre, pero está en una de las calles y la veréis. No es Chicago que es una tienda muy famosa de ropa de segunda mano y que tiene kimonos de segunda mano en la puerta. Es una más pequeñita y sólo de kimonos. No me refiero a tienda de kimonos a medida, de las caras y preciosas, sino Kimonos normales, y bien de precio. De verdad que los más estilosos dentro de los baratos. Ahora me arrepiento de no haber traído 4 o 5 en lugar de 1, pero en los viajes soy super prudente y a veces me arrepiento!! ;-)).
El hotel está situado en una zona cómoda para visitar todo lo de arriba y también Pontocho, la zona de la ribera Rio Kamo, la encantadora zona de Kiyamachi… está todo muy cerca, así que como ubicación es genial.
En Kyoto os haréis vuestros propios recorridos, hay mucho que ver y que hacer y que pasear. Como os contaba en este post, una de las cosas que llevamos desde España contratadas era un guía Goodwill. Así que uno de los días lo pasamos con Hideki que fue tan amable que no tenemos palabras para él. Para empezar en lugar de llevarnos en transporte público, como suelen hacer los guías, nos llevó en su coche para que fuéramos más cómodos. Visitamos varios lugares maravillosos, los clásicos como son el Palacio Dorado, el castillo Nijo y nos llevó a comer a la cantina de la universidad. Dimos una vuelta por el campus y comimos con los estudiantes. Fue algo que seguro no hubiéramos hecho nosotros solos así que nos encantó.
Hacía mucho calor, y por la tarde Hideki nos propuso ir a merendar a su casa y así nos enseñaba una casa típica japonesa. ¡Nos hizo una ilusión tremenda!. Dos plantas, zapatos en la entrada, tatami en toda la casa, muebles bajos, cojines en el suelo, un pequeño templo en una de las paredes, paneles correderos, futones que se apilan por el dia y se extienden por la noche. Como nos la imaginábamos, así era. Hideki nos sacó lo que tenía por la nevera, fruta, ensalada, zumo, galletas. Fue tan amable que no tenemos palabras para él. Nos encantó conocer un típico barrio y una casa en Kyoto.
Uno de los días que estés en Kyoto (u Osaka), algo que supongo que hay que hacer casi obligatoriamente (jajaj), es ir a Nara. Un greatest hit en Japón que al menos a nosotros no nos decepcionó. Allí alquilamos unas bicis, que tanto nos gusta si tenemos oportunidad. Las alquilamos en una tienda justo al lado de la estación de tren que está genial porque así las cogimos al llegar y las dejamos al marchar. Hacía un calor horrible y a ratos se hizo duro, sobre todo en las subidas, pero después de las subidas llegan… las bajadas, con el viento en la cara por aquel bosque en Nara, eso no tiene precio.
Recorrer los templos, el parque, ver los famosisimos ciervos, darles de comer… Nuestro templo favorito fue el Templo Todai-Ji con su Buda gigante que nos pareció espectacular y con algo muy muy especial que se respiraba en el ambiente. Pero todo lo que hay que ver y hacer en Nara lo explica de maravilla este blog, que yo me leí de arriba abajo.
¡Atención!. A la vuelta de Nara nuestro tren tuvo una avería y estuvimos esperando un par de horas. Si, en Japón también se rompen cosas. No entendíamos bien, y cuando preguntábamos, con dificultad nos decían que esperáramos. Finalmente nos dieron opción de ir a otra estación y coger otro tren para Kyoto. Un poco de aventurilla en un país tan tranquilo. Llegamos a la estación de tren de noche, que es algo para visitar y para ver. Desde la estación se ve la torre de Kyoto y si no te da tiempo a ir, como fue nuestro caso, al menos la vimos iluminada.
¡Y le tenía preparada una sorpresa a Nico! que ya tenía reservada desde España. Investigando sobre Kyoto di con ella y no lo dudé un minuto. Me pareció que a Nico le podía encantar, y así fue. Además, no se lo dije, él creía que íbamos a un templo y se quedó ojiplático. Una experiencia en una auténtica casa samurai con catanas. ¡Increible!. El lugar es una maravilla, una casa con 200 años de las pocas casas samurai que se conservan. Nos vistieron con un hakama precioso, impecable, (¡y de nuestra talla! jajaj!) y pasamos a escuchar a Shogo, el maestro, contarnos historias sobre los samurai, su código ético, y sobre la casa. Nos hizo una demostración con su catana (impresionante) y luego pasamos a la clase práctica. ¡Cómo lo disfrutó Nico!. Al terminar hicimos una meditación, nos tomamos un té y pasamos una mañana maravillosa.
Y nos quedaba la tarde para despedirnos de Kyoto, con el plan de visitar Fushimi Inari (se llega con el JRP), el impresionante conjunto de toris a las afueras de la ciudad. Nuestro consejo aquí, subir escaleras, subir todo lo que podáis, porque cuanto más arriba, más bonito y menos gente. Abajo es como un hormiguero de personas pero según vas subiendo, se despeja de manera increíble y es la manera de disfrutarlo. Fue un paseo súper bonito.
Y cuando creía que haría dos post sobre Japón, pues van a ser tres. ;-). No se puede ir uno de Japón sin probar mil cosas de comer, y una de ellas los helados!.
3 Comentarios
Marmarina
15/11/2020 at 20:19Me has atrapado con el viaje a Japón, es uno de los destinos pendientes que tengo en mi agenda y con estos post me estoy muriendo de ganas!!
Un saludo!
P.d: me encanta la primera foto del post 🙂
sbrinz
06/09/2021 at 19:44que hermoso, cuando termine la cuarentena obligatoria es el primer lugar que me gustaría ir. Los felicito.
Tienda Bitacorashop
25/04/2022 at 11:34En un viaje tan largo como este necesitarás una buena maleta, tanto en tamaño como en resistencia. Estas maletas tienen que soportar muchas horas de presión constante derivada de otras maletas que se sitúan encima y al lado de la tuya. Para evitar que se rompa es mejor usar una de gran calidad.