El otro día os contaba los preliminares antes de ir a Japón. Hoy voy a intentar hacer un resumen, no muy extenso del viaje, con lo que vimos y con lo que hicimos. Es dificil intentar resumir, pero lo intentaré.
Como os contaba en el otro post, tras dar varias vueltas con distintas opciones e itinerarios decidimos tomárnoslo con calma, y nos gustó mucho. Tanto Nico como yo somos un poco modo slow siguiendo una frase que siempre me hizo mucha gracia de Nico cuando dice que a él le gusta saberse el camino a casa. Le gusta estar unos días y tener un poquito de feeling de conocer el barrio.
En definitiva, os cuento un poquito el itinerario y lo que hicimos en cada lugar. Las fotos no son nada del otro mundo. En este viaje no me llevé cámara y no le presté mucha atención a las fotos. Se nota, no están tan cuidadas como en otros viajes que hemos hecho… pero también necesitaba desconectar de fotos y estuvo bien.
1.Llegamos a Tokyo en vuelo desde España pasando por París. Lo primero que hay que hacer al llegar es ir a validar el Japan Rail Pass en la oficina que tienen en el aeropuerto. Una vez lo validamos cogimos el tren a Tokyo y de Tokyo a Osaka. Si, una paliza en condiciones, tras horas y horas de vuelos, una hora y cuarto de tren a Tokyo y luego 3 horitas más hasta Osaka, ya no sabes en que día, hora o estación vives. Si, una paliza pero ¡ya estamos en Osaka!
*Nos quedamos en el hotel Androoms, y nos gustó. No está en la zona de movida, que es la zona de Namba, pero está en una zona tranquila y agradable, muy muy cerca del metro y súper cómodo para moverte. El hotel nos gustó (sólo recomendar no coger desayuno. que como no lo hayan cambiado era una cosa muy extraña con 4 platos para elegir que no eran nada apetecibles). Con una recepción agradable y la habitación, pequeña como todas las de Japón pero estupenda. Nos quedamos con muchas ganas de quedarnos en el Book and Bed Shinshaibasi pero no teníamos sitio.
*Umeda Sky Building, donde da impresión subir por las escaleras mecánicas suspendidas en el aire. Las vistas desde arriba de todo Osaka son impresionantes y el edificio merece la pena.
*Paseamos por Dotonbori y el barrio de Namba, donde llama la atención la cantidad de puestos con los famosos okonomiyaki, que hay que probar si o si, y por supuesto hacerte foto con Glico Man (descubrimos que Glico es la marca de galletitas más famosas de todo Japón. De esas tipo mikado. Se llaman Pocky y las hay por todas partes), y las fachadas de cangrejo, pulpo… los restaurantes con una noria en la fachada, y demás curiosidades que tiene la zona.
Pero lo mejor de Osaka estaba por llegar al día siguiente. Nos levantamos y fuimos al *Castillo de Osaka. Un clásico. Cuando ya salíamos y estábamos paseando por los jardines vimos unas cámaras venir hacia nosotros. ¡Y allí nos pillaron!. Un programa de la televisión japonesa, en la que llevan a extranjeros a pasar el día con ellos con un par de planes. Nos llevarían a comer a un restaurante y luego a un espectáculo de Kabuki. Nico y yo nos miramos y nos dijimos ¡venga!, es una experiencia. Y allá nos fuimos. Como casi todos los japoneses ninguno hablaba inglés, ni el equipo ni el presentador (que por cierto era super famoso y le iban parando por la calle. Incluso le vimos en Kanazawa en los autobuses!!). Tanto es así que llevaban una traductora. ¡Qué contaros! Fue super divertido. Primero fuimos a una especie de restaurante secreto que estaba en un primer piso, al final de un pasillo. La comida la tenías que ir buscando con las pistas que te daban. Curioso.
Segunda parada un espectáculo de Kabuki, que esto nos pareció de lo más curioso que vimos en Japón y que de no ser por esta oportunidad no hubiéramos visto. Era como en una especie de centro social y solo había señoras, mayores, y nosotros. El espectáculo era sencillo, pero lo curioso es que al acabar cada número las señoras se acercaban y o bien les daban a los actores regalos o bien les ponían billetes con una pinza en el kimono. Y no dos pesetas, bastante dinero. No entendimos bien, y aunque preguntamos a la traductora ella dijo que ella nunca lo había visto y también estaba sorprendida de la cantidad de dinero que les dejaban. No tengo foto porque no se permitía pero fue de lo más curioso, por llamarlo de alguna manera.
El programa saldría en un mes, y no pudimos verlo. Nos preguntamos cómo saldríamos y qué harían con nosotros, jajaja. Nos despedimos de nuestros amigos de la tele y fuimos a pasar la tarde al *barrio Shinsekai para ver algo que yo tenia muchas ganas: la torre Tsutenkaku. Nos encantó el barrio, un poco decadente , con callejuelas de lo más “curioso” llenas de tabernas taberna, puestos de feria con por ejemplo tiro al palillo que a Nico le chifló, puestos de comida con los famosos takoyaki. Todo en un ambiente como de película serie B.
Para cenar tenía el capricho de ir a una izakaya que había visto en el documental de Netflix “Street Food”. Me hizo mucha gracia el dueño, todo un showman y nos acercamos. Claro que el documental además de nosotros lo vio medio planeta tierra y allí estábamos todos. Esperamos un poco de cola pero en seguida nos dimos cuenta que era imposible así que nos quedamos sin probar su sashimi y sin conocer al señor.
A la mañana siguiente tocaba salir hacia la zona de Kyoto, tocaba ir a otro mundo totalmente distinto al que nos habíamos encontrado en Osaka. Había reservado *noche en un monasterio de monjes a las afueras de Kyoto, en Shukoin Temple , dentro del complejo Myoshinji Temple, para vivir la experiencia de dormir en un shukubo. Cogimos el tren bala a Kyoto y luego el metro (que en este caso estaba incluido en el JRP) hasta el templo. Qué maravilla de lugar. ¡Qué paz!, ¡qué lugar!. La habitación donde dormimos es sencilla, con futones en el suelo que a mi me chifla.
Tenían bicis para los huéspedes así que cogimos las nuestras y nos fuimos hasta Arashiyama.
Arashiyama y su famoso bosque de bambú. Tengo que decir que fuimos con poco tiempo y además cuando llegué allí me di cuenta que no llevaba dinero!. Pero me di cuenta en medio del bosque, a la entrada de la residencia del actor Okochi Denjiro. No tenían para tarjeta (algo muy común en Japón, si podéis llevar siempre dinero en efectivo). Asi que nos tuvimos que quedar sin ver muchas de las cosas que hay en los alrededores del bosque de bambú, pero digamos en una zona sin bancos, ni cajeros (que ya hay pocos). Pero bueno, nos lo tomamos como de paseo y paseamos toda la zona disfrutando del momento. Paseamos por el bosque, por la orilla del río y por el pueblito. Recomiendo este post de Japonismo por si vais con más tiempo y con dinero en efectivo (no como nosotros! jajaa).
Maravilla que siempre recordaremos fue la vuelta pedaleando mientras anochecía y la llegada a nuestra casa, el templo. Fuimos a cenar a una izakaya cerquita que fue de las cenas más especiales. Sentados en el suelo, en el tatami, yo me tomé una tempura… de escándalo. (la izakaya era una de las recomendaciones que te dan las personas que llevan el shukubo, no conservé el mapa, pero si vais os darán varios lugares y serán todos estupendos seguro).
Por la mañana, recién levantados fuimos a una clase de meditación, con un monje budista que fue toda una experiencia. Nos encantó escucharle hablar sobre la meditación zen y hacer una pequeña práctica en aquel lugar perfecto para ello. El templo era, como todos, precioso y acogedor. Antes de seguir ruta hicimos visita a los templos del complejo que fueron, para mi, los más bonitos de todos los que vimos. Los hay espectaculares (como los que verás en Nara y Kyoto) pero estos son pequeños, cuidados, con sus jardines japoneses y todo en tamaño mini que hace que los puedas apreciar más. Sin duda un lugar precioso.
IMPORTANTE. Una cosa que no hicimos porque nos enteramos tarde es el diario de los templos. Sin duda es algo que si volviera atrás haría y me gustaría recomendarlo para que no dejeis de hacerlo si podéis. Se llama Goshuincho y son unos libros de hojas desplegables (también vimos que lo hacían en libretas), donde en cada templo te hacen caligrafía a mano con el nombre del templo, fecha, etc y ponen un sello. Es tan tan bonito… y un recuerdo para siempre. Sin duda lo recomiendo a pesar de no haberlo hecho nosotros (snif, snif).
Y hasta aquí el post de hoy. Que como sospechaba me ha quedado largo. Pensaba meter todo el viaje en uno pero imposible. En el fondo me sirve como de diario de viaje y me hace ilusión. Seguiré haciendo y subiendo, con mucha ilusión.
¡Hasta pronto!
3 Comentarios
Nuestro viaje a Japón (II) | Escarabajos, Bichos y Mariposas
29/01/2020 at 08:38[…] el post de ayer, la primera parte de nuestro viaje a Japón con niños, llegó el momento de ir a Kyoto centro. […]
Regalo Plus
29/12/2021 at 13:07¡Impresionante! Japón es el destino de viaje al que todo el mundo ha deseado ir al menos una vez en su vida. Solo viendo estas fotos entran ganas de preparar el equipaje, comprar vuelos, meter las maletas en el avión y salir de viaje.
viernes: foto y canción – Escarabajos, Bichos y Mariposas
24/03/2023 at 14:31[…] Gyozas aquí en Oviedo (os contaré en Instagram), que me va a transportar a otros lugares, a aquel viaje a Japón. Como también me transporta la voz de esta mujer. Me gusta su voz quebrada, nada perfecta, pero […]