Balneario Castilla Termal en Solares… ¡qué recuerdos!

Tengo especial debilidad por el post de hoy, porque fue un fin de semana realmente bonito para nosotros. Tuvimos la suerte de ser invitados al Hotel Castilla Termal Balneario de Solares, en Cantabria, y paso a ser un recuerdo que nos quedará siempre. El resumen que puedo hacer del tema es que pasamos un fin de semana: relajados. Si, estuvimos tan tranquilos, y tan relajados, que lo recordamos con verdadero cariño.  Y además, con el plan que llevábamos, de relax, lo disfrutamos un montón.Comida rica, descanso, aguas termales, paseos por los jardines, …

El hotel es super bonito, en un parque con árboles centenarios, es muy acogedor y agradable. Está tan solo a 18 kms de Santander y a 12 de playas como Somo o Laredo, y, al ladito del Parque de Cabárceno!!. Está en un lugar estupendo para conocer la zona.

Mención especial a la comida, pues no tengo palabras para describirla… Tienen un menú “slow food” con productos de la tierra con pescados de la costa cantábrica, carne de la ganaderia cantabra, huerta y frutos de las huertas de alrededor. Y se nota, qué rica, qué bonita presentada, qué atentisisimos. Y siempre con agua Solares, que para eso estamos allí mismo, donde está el Manantial de Fuencaliente, con aguas termales con prSolo os digo una cosa, Nico ¡se quería quedar a vivir allí! jajajaj!.

La piscina de fuera ideal, y aunque era fines de septiembre Nico la probó. Era el único en la piscina, pero lo disfrutó de lo lindo.

Pero lo que más nos gustó es pasar dos horas en su circuito de aguas, calentitas, y termales. Desde las 10 a las 12 y de 4 a 6 los padres pueden ir con los niños, y os aseguro que es una maravilla. Nos bañamos en la gran piscina termal hasta que salimos arrugados, nos dimos chorros por toda la piscina, nadamos, nos reimos y disfrutamos de lo lindo. Además tienen un Balneario Infantil para niños pequeños, donde tienen piscina, monitor y los niños pueden estar un rato mientras los padres pueden darse cualquier tratamiento de belleza o pasar a su circuito de contrastes basado en las termas romanas. La verdad que nosotros nos metimos en la piscina grande con chorros y no salimos!

En el hotel no pueden ser más amables y más detallistas y lo digo de corazón. Nos gustó muchisisimo, nos queda un recuerdo estupendo, volvimos relajados y felices y sobre todo, estamos deseando volver o conocer otros de los Balnearios de Castilla Termal, en Valbuena, Burgo de Osma o en Olmedo.

Me chifla ver Hoteles donde los niños son bienvenidos. ¡Gracias Castilla Termal! ¡Volveremos!